viernes, 9 de diciembre de 2016

Los protagonistas

Mientras esperamos a poder establecernos en nuestro primer lugar de trabajo, la península de Byers, en la isla Livingston, aprovecharé esta entrada para presentar a los protagonistas de las próximas semanas, los pingüinos.

Lo primero que conviene decir es que aunque en el imaginario popular los pingüinos están asociados al hielo y la nieve, la realidad es que existen muchas más especies de estas aves en lugares donde no coexisten con estos elementos. 

En total hay descritas 18 especies de pingüinos que se distribuyen siempre por el hemisferio sur y que pueden ir desde la especie más norteña, el pingüino de Galápagos que habita en las islas del mismo nombre, a la especie que vive más al sur, el pingüino emperador, habitante de la zona continental de la Antártida. Entre medias pueden encontrarse pingüinos en Sudamérica, pingüino de Magallanes, pingüino papua, pingüino de Humboldt y pingüino saltarocas; en Sudáfrica, pingüino africano; en Australia, pingüino enano y en Nueva Zelanda además de esta última especie acoge otras como el pingüino de Snares. Más al sur, y en diversas islas sub-antárticas se pueden encontrar varias especies de pingüinos de penacho amarillo, el pingüino rey y el pingüino barbijo. Ya en la Antártida, además del ya mencionado pingüino emperador, la otra especie que vive exclusivamente en este continente es el pingüino de Adelia. Además algunas otras especies como el pingüino papua y el barbijo se encuentran aquí en gran número. Como ya dijimos, estos últimos son nuestros objetos de estudio.


¿Qué tienen en común estas zonas para que todas estas especies estén presentes en ellas? Es evidente que no es la nieve y el hielo, pero si lo es la presencia de aguas frías que precisamente vienen de la Antártida y bañan sus costas generando zonas marinas de alta productividad y que los pingüinos utilizan para alimentarse y dar de comer a sus crías.

En el contexto de la zona donde nos hayamos, las islas Shetlands del Sur, las tres especies presentes, pingüino de Adelia, papua y barbijo comienzan la cría de forma escalonada y por este orden. Los primeros en llegar a las colonias de cría son los Adelias que realizan la puesta de dos huevos a finales de octubre y a principios de diciembre comienzan a nacer las crías; el papua pone los huevos en noviembre y a mediados de diciembre comienza la eclosión y en el caso del barbijo ésta se produce en la última semana de diciembre.




Ayer 8 de diciembre, fuimos a comprobar la situación de la pequeña colonia de pingüino papua cercana a la base Juan Carlos I situada en la denominada caleta argentina para confirmar que todavía están incubando los huevos y que llegaremos a Byers en el momento adecuado. El camino desde la base a la pingüinera no lleva más de cuarenta minutos.

En estas fechas la mayor parte del recorrido está cubierto de nieve y pudimos hacer una fantástica caminata con raquetas de nieve acompañados del montañero David Hita y que nos permitió disfrutar de unas vistas panorámicas de todo el glaciar que cubre la isla y observar al pie del monte la base junto con el Sarmiento de Gamboa fondeado en la bahía Sur. 




Presenciamos el constante ajetreo de movimientos entre el barco y tierra para la descarga de todo el material, equipo y víveres necesarios para la base en los próximos meses. Es necesario agradecer enormemente el esfuerzo que hace todo el personal de apoyo tanto en los buques como en las bases para que los proyectos científicos puedan llevar a cabo su trabajo. Hablaremos de ello en el blog más adelante.

La estancia de los pingüinos en tierra se limita al periodo de la cría en la primavera y verano austral. Una vez que los pollos han crecido y se han independizado abandonando las colonias y yendo al mar, los adultos dejan también temporalmente la tierra para irse al mar durante unas dos semanas en las que engordan para afrontar un periodo crucial en su biología, la muda. A diferencia de otras aves que mudan las plumas parcialmente, los pingüinos mudan todo el plumaje de una vez en un periodo de unos 15 días. Ello les impide ir al mar al carecer del aislamiento que las plumas les confieren y es por ello que han debido aumentar sus reservas de grasas para enfrentarse a un ayuno que durará dos semanas. Durante este tiempo permanecen quietos en tierra a la espera de tener listo el nuevo plumaje y volver a las gélidas aguas para permanecer en ellas durante el resto del año.



De momento, en sus nidos, incubando tanto la hembra como el macho, afrontan el largo periodo de la cría con la incertidumbre de la disponibilidad de alimento, principalmente krill pero también peces y calamares, y el peligro de los depredadores como los skuas o la foca leopardo.






Nosotros tenemos la inmensa suerte de ejercer de notarios de este espectáculo y desentrañar sus mecanismos para comprender mejor como funciona este planeta.


miércoles, 7 de diciembre de 2016

La navegación

El camino desde Punta Arenas a la Antártida significa tres días completos de navegación. Como ya comentamos, el viaje los hacemos a bordo del buque Sarmiento de Gamboa.



En esta ocasión en lugar de navegar a través de los canales patagónicos el trayecto lo hemos realizado por la costa atlántica de Tierra de Fuego y a través del estrecho de Lemaire que separa esta isla de la isla de los Estados. Lugar famoso por ser donde se ubicaba el faro del fin del mundo en la novela de igual nombre de Julio Verne. 

Una vez atravesado el estrecho de Lemaire y poniendo rumbo hacia el suroeste la navegación se adentra en una de las zonas más emblemáticas y temidas por los marinos de todas la épocas, el Cabo de Hornos y el paso de Drake o también llamado mar de Hoces. Lugar donde se encuentran el océano Atlántico y Pacífico y región donde una tras otra transitan las borrascas que rodean el continente antártico en sentido oeste-este. Con este panorama no es de extrañar que este lugar inhóspito haya sido el escenario de multitud de naufragios a lo largo de la historia en la lucha constante del hombre frente al ímpetu despiadado del mar. Tanto es así que las leyendas marinas cuentan que cuando los marinos de los barcos a vela atravesaban el Cabo de Hornos se ganaban el derecho de llevar un arete en la oreja y de orinar en cubierta a favor del viento. Echando la vista atrás la verdad es que a mi me tocaría llevar ya al menos una docena de aretes. 

Navegar por el paso de Drake quiere decir navegar por uno de los peores mares del mundo, en ocasiones con olas de 10 metros y vientos huracanados, sin embargo la precisión de las previsiones meteorológicas actuales permite ajustar el paso entre la cola de una tormenta y la llegada de la siguiente reduciendo bastante la incomodidad de la navegación. En esta ocasión la salida el día 4 de diciembre en sus primeras horas ha permitido una navegación muy cómoda con algo de mar de fondo que venía de través y que mecía el barco con un balanceo en algunas ocasiones algo pronunciado. A pesar de no ser una navegación muy dura, el mar no trata a todo el mundo por igual y en esta ocasión como en otras se han producido misteriosas desapariciones repentinas de algunos de los pasajeros que se han refugiado en sus camarotes y que solo hasta que el barco ha reducido su movimiento han vuelto a aparecer.

Mapa base del Estrecho del Drake por Cristina Torrecillas
En esta parte del océano, el paisaje que avistamos estaría cargado de monotonía sino fuera porque cual comité de bienvenida, diferentes especies de aves marinas, petreles, albatros… nos escoltan a lo largo de las millas revoloteando alrededor del barco. Resulta hipnotizante observar el continuo juego de estas verdaderas cometas aladas que sin mover apenas las alas se desplazan rozando las crestas de las olas ascendiendo y descendiendo en un perpetum mobile. 

Son estas aves, verdaderas guardianes del medio marino, victimas en muchas ocasiones de la actividad humana en el océano al caer atrapadas en los anzuelos cebados para pescar que confunden con presas fácilmente accesibles y que les termina por causar la muerte. Aunque desde hace tiempo se toman algunas medidas para evitarlo, todavía miles de estas fantásticas aves caen cada año en nuestros océanos. Debemos tomar conciencia de ello exigiendo a las autoridades y a los grandes buques pesqueros la articulación de medidas verdaderamente eficaces que lo eviten.

El tiempo y el espacio van pasando y casi sin querer entramos en el paralelo 60ºS, esa línea imaginaria que delimita la porción de planeta que según el Tratado Antártico se considera Antártida. A partir de aquí todas las normas que se articulan dentro de lo que se denomina el Sistema del Tratado Antártico y que se encargan de proteger esta región extrema están en vigor. En otra entrada me extenderé más sobre la historia y el significado de este tratado, paradigma de los acuerdos internacionales, y que permite que podamos disfrutar de este territorio y sus mares circundantes en toda su plenitud.

Así, poco a poco, ola a ola, nos vamos acercando a nuestra primea meta, la isla Livingston, el lugar donde está emplazada la base antártica española Juan Carlos I. Antes de arribar nos recibe como un gigante, celoso guardián de sus dominios, el primer iceberg. Un natural revuelo corre por el barco no solo para los primerizos que quedan fascinados por la gran mole helada, sino para todos los que con su avistamiento sentimos que por fin alcanzamos el objetivo de nuestros desvelos en los últimos meses de preparación de la expedición. 


Y finalmente llega el momento, avistamos la isla, todavía toca navegar un par de horas más ante un paisaje grandiosamente blanco salpicado con el contraste de los negros roquedos desnudos. Glaciares derramándose en el mar, picos cubiertos de hielo y nieve y al pie de esta escena, un pequeño grupo de edificaciones con un llamativo color rojo destacando en el paisaje, la base. Hemos llegado.


El trabajo

Toca antes de empezar a contar nuestras peripecias explicar en que consiste el trabajo que llevaremos a cabo en esos próximos meses. Empezaremos por lo más prosaico pero en realidad lo más importante porque es lo que nos permite poder trabajar, la financiación. Este proyecto está financiado por la convocatoria de proyectos del Plan Estatal de Investigación dentro del subprograma de Investigacion Polar. El proceso incluye la evaluación de los objetivos del proyecto por otros investigadores expertos a través de dos filtros, uno mediante la evaluación de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva del Ministerio de Economía y Competitividad, y otro a través del propio Ministerio y hoy incluido en la nueva Agencia Estatal de Investigación. Si la evaluación es positiva y alcanza la puntuación suficiente el proyecto se aprueba y después de los plazos administrativos correspondientes podemos comenzar a trabajar.






El objetivo general de esta serie de proyectos es la investigación del efecto del cambio global en la fisiología de unas especies como son los pingüinos antárticos que se consideran como centinelas de la salud del ecosistema antártico y en una zona del planeta como es la península antártica donde se está produciendo cambios ambientales de una magnitud mayor que en otras regiones. 




Hasta el momento todos los estudios realizados se han centrado en la actividad de los pingüinos durante su estancia en las colonias de reproducción, sin embargo una parte importante de la vida de los pingüinos se desarrolla en el mar dedicada a la búsqueda del alimento, fundamentalmente krill y de esta parte la información de la que disponemos es casi inexistente.




La obtención del alimento y los posibles cambios de dieta son cruciales en el contexto del cambio climático. Por otra parte, la natación es un modo de desplazamiento muy costoso de manera que se pueden establecer situaciones de toma de decisión en relación a otras funciones fisiológicas como la función inmune o la termorregulación o interacciones con otros factores como la presencia de parásitos o patógenos y contaminantes.

En el presente proyecto vamos investigar el comportamiento de los pingüinos mientras están en el mar y como determinados factores como la presencia de parásitos, enfermedades y contaminantes y determinadas funciones fisiológicas como la respuesta inmunitaria o la capacidad de termoregulación influyen en ese comportamiento. Para ello, colocaremos a los pingüinos unos detectores GPS, profundimetros y acelerometros que recogerán toda la información de la actividad del pinguino en el mar en un periodo de 5 días. En esta campaña lo haremos en dos especies de pingüinos, el pingüino papua y el pingüino barbijo. 





viernes, 2 de diciembre de 2016

El camino

Aunque este blog trata del trabajo y la vida en la Antártida, una parte importante de ello es el viaje hasta el continente austral. En esta ocasión nuestro trayecto en el buque del CSIC Sarmiento de Gamboa partirá desde la ciudad chilena de Punta Arenas. Antes de llegar a esta ciudad a orillas del Estrecho de Magallanes, se puede disfrutar si la suerte acompaña y el cielo esta despejado de un viaje en paralelo a la cordillera de los Andes en un trayecto que parte desde Santiago de Chile




 y que esta salpicado de volcanes muchos de ellos en activo


y de la visión de los casquetes de hielo más grandes del planeta después de la Antártida y Groenlandia, los campos de hielo norte y sur



donde se puede apreciar el famoso glaciar Perito Moreno.



Punta Arenas es una ciudad relativamente grande aunque no lo aparenta con una población de cerca de 124000 habitantes y que hasta la apertura en 1914 del Canal de Panamá era parada obligada para los barcos que transportaban mercancias y personas de la costa atlántica a la costa del Pacífico americano. Se encuentra bañada por el Estrecho de Magallanes cuyo descubrimiento marco un hito en la exploración no solo de esta región sino de todo el planeta. En la actualidad Punta Arenas se considera una de las cinco ciudades puertas a la Antártida junto con Ushuaia (Argentina), Cape Town (Sudáfrica), Hobart (Australia) y Christchurch (Nueva Zelanda). Aqui al igual que en las otras ciudades se reúnen las expediciones en los días previos al viaje que llevará a cientificos, técnicos y también turistas a bordo de barcos o aviones hasta la ansiada meta antártica. Punta Arenas forma parte además por derecho propio de un lugar destacado en la historia de la exploración antártica al ser testigo de la presencia de los exploradores de la llamada época heroica. Uno de los hechos mas destacados esta ligado a la expedición de Ernest Shackleton, al ser el puerto de donde partió en agosto de 1916 el barco "Yelcho" al mando de Luis Pardo para el rescate de los hombres de la expedición que permanecían en la isla Elefante  después de conseguir llegar a ella en el épico viaje posterior al naufragio del buque Endurance.



jueves, 1 de diciembre de 2016

El origen

Hoy, día 1 de diciembre es el día de la Antártida y se conmemora el día de la firma del Tratado Antártico que protege desde 1959 el continente Antártico definiéndolo como un lugar destinado a la paz y a la ciencia. Es por tanto una fecha idónea para inaugurar este blog que tratará sobre el trabajo científico y la vida en el continente blanco a través de las investigaciones del proyecto PINGUCLIM. Este proyecto en su objetivo más general trata de la investigación de los efectos del cambio climático en la ecología de los pingüinos antárticos.




En los próximos meses nuestra estancia se desarrollará en la isla Livingston en el archipiélago de las Shetlands del Sur donde está instalado el Campamento Internacional Byers gestionado por el Programa Polar Español y con el apoyo logístico de la Unidad de Tecnología Marina del CSIC. En este emplazamiento trabajaremos con el pinguino papua (Pygoscelis papua).


También viajaremos más adelante a la isla Decepción, perteneciente al mismo archipiélago de las Shetlands del Sur. Alli estaremos en la base Antártica Española Gabriel de Castilla gestionada por el ejército de Tierra y trabajaremos con el pingüino barbijo